LOS HECHIZOS
Los hechizos son un aspecto
importante de la formación mágica. Requieren la combinación de las facultades
de relajación, visualización, concentración y proyección, por lo tanto, nos permiten practicar la
coordinación de estas habilidades, y desarrollarlas todavía más.
Lanzar hechizos nos obliga
también a reconciliarnos con el mundo material. Muchas de las personas que se
sienten atraídas hacia el camino espiritual de la brujería, se sienten incómodas con
la idea de usar la magia para fines prácticos o para objetivos materiales. De
alguna manera, les parece mal trabajar para sí mismas, desear cosas y
conseguirlas. Pero esta actitud es un rechazo de la visión del mundo que ve el
espíritu y la materia como cosas separadas y que identifica a esta última con
el mal y la corrupción. En la brujería, la carne y el mundo material no están
separados de la Diosa; son la manifestación de lo divino. La unión con la Diosa
viene al aceptar el mundo material. En la brujería no luchamos por el interés
personal: lo seguimos, pero con una conciencia que lo transforma en algo
sagrado.
“Trabaja para ti mismo y pronto
verás que el Yo está en todas partes”, es un dicho en la tradición de las
Hadas. La paradoja es que al lanzar hechizos podemos empezar por el Yo
personal, pero para realizar la magia nos vemos obligados a expandir y a
reconocer el Yo que se mueve a través de todos los seres. La magia implica una
identificación deliberada con otros objetos y personas. Para realizar una
sanación, debemos convertirnos en el sanador, en la persona que es
sanada y en la energía de la sanación. Para atraer el amor, tenemos que
volvernos amor.
Lanzar
hechizos es magia menor, no es la más grande; pero la magia mayor se construye
sobre la menor. Los hechizos son herramientas psicológicas sumamente
sofisticadas que tienen efectos sutiles pero importantes en el crecimiento
interior de una persona.
Esta es la forma en que hago
este hechizo hoy. Primero, clarifico mi intención. Puedo meditar, pasear por un
laberinto, leer las cartas del Tarot, tomarme el tiempo que sea preciso hasta
que mi decisión tenga la claridad del cristal. Luego, doy un largo paseo por el
campo o un garbeo por el jardín, con mi athame/podador en la mano, cortando un
poco de esto o de aquello, nombrando para qué sirve. “Le pondré algo de romero
para protección, algo de salvia para obtener sabiduría, un poco de esta rosa
para darle dulzura…” Cuando he recolectado las plantas que siento son las
adecuadas, las ato con rafia o una cuerda de un material natural, enfocando mi
atención en la imagen e intención mágicas, canto, recito o soplo insuflándole
poder, y a continuación o lo quemo, o lo entierro, o lo dejo como ofrenda a los
elementos, animales o a los hongos para que lo transformen. Yo denomino a esto
“eco-hechizo” ya que no utilizo nada que no pueda volver a forma parte de los
ciclos de la fertilidad.
La
Danza en Espiral
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